Para Antonio
En la alberca desnudas 
y bien dadas en carnes, 
las veo con asombro desplazar masa con masa. 
Resiste el agua y las impulsa 
hacia la superficie de la inmensa tina; 
las hace derivar, las cala, las conoce, 
las adormece en sus vapores. 
Elemental prodigio el de la ciencia física 
ser clara al explicar por qué no se hunden —yo no 
         puedo—.
pero sé bien que pesan aún sin sus vestidos, 
que necesitan 
la una de la otra cuando juegan, 
que por no ser de piedra sino piel 
y piel y cicatriz y nada 
contra natura a veces vuelan. 
 
 
(Comer sirena 
 


 
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