Reflexión sobre un recinto barroco
A Severo Sarduy
En un claustro geométrico de luces,  
la garra de la monja escribe, sella  
su ardor, con una imagen dual de estrella  
que, al sol con corte de astros, cae de bruces.
La envidia se encapucha. Fijas cruces  
proyectan filo o sombra en la faz bella,  
(rayas que en la memoria blanca de ella  
trascienden a barrotes: -tragaluces).
Puede ser expansivo su mañana.  
Su pulso es orbitado por la plana  
superficie del mundo, y no despacio.
En la celda sonora de sor Juana  
resuenan resplandores de palacio:  
los signos dispersados al espacio.
 
 
(Tequila con calavera) 
 


 
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