Tres poemas
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Boñiga verde de una tarde de lluvia
A lo largo del camino
Voy pisando...
Gota a gota
Siento el agua en la garganta
Lluvia negra
En suelos de espejo negro
...Paso a paso
Con mi bola de pasto en la garganta |
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Vi en el parque un tocón cubierto de hongos
blancos y violetas
Girones de una tarde que se hubiesen quedado precisamente
allí pegados
A la madera muerta y húmeda y que de nada sirve
negra y suave
¿De qué tarde se trata leve al tacto y
al ojo y sin embargo férrea-
Mente agarrada a la sombra de un árbol que no
sé cuál es?
¿Una sola la tarde cada tarde? ¿No hay
dos tardes distintas a las hojas?
Ni tampoco hay un árbol se diluyó en el
aire quién lo vio
Sólo los hongos o líquenes violetas por
sí solos brotaron de la nada de ese árbol |
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Corté de un arbusto dos hojas a las que en un
extremo les había brotado un punto rojo, sin duda una plaga; cuando
las tengo entre los dedos veo que el punto rojo lo tiene cada una en el
borde opuesto, de modo que al juntarlas se unen por él, formando
una diminuta imagen de dos bocas besándose. Entonces me vienen a
la cabeza estas palabras: "Allá nos vemos. Hay una enorme piedra
amarilla: no podrías no verla. Atrás te espero." |