Antífona


¡Oh Formas albas, blancas, Formas claras
De luz lunar, de nieves, de neblinas!...
Oh Formas vagas, fluidas, cristalinas...
Inciensos de turíbulos de aras...

Formas de Amor, constelarmente puras,
De Vírgenes y de Santas vaporosas...
Brillos errantes, húmedas frescuras
Y dolencias de lirios y de rosas...

Indefinibles músicas supremas,
Del Color armonías y el Perfume...
Horas de ocaso, trémulas, extremas,
Réquiem del Sol que su Dolor resume...

Visiones, salmos y cánticos serenos,
De órganos las sordinas sollozantes...
Dormición voluptuosa de venenos
Sutiles, suaves, mórbidos, radiantes...

Infinitos espíritus dispersos,
Inefables, edénicos, aéreos
Fecundad el Misterio de estos versos,
Con la llama ideal de todos los misterios.

Fuljan del sueño las diafanidades
Azules y en la Estrofa se levanten,
Y la emoción, todas las castidades
Del Verso y su alma en estos versos canten.

Que el polen de oro de los bellos astros
Fecunde, inflame, clara rima ardiente...
Que brillen correcciones de alabastro
Sonoramente, luminosamente.

La fuerza original, numen, halagos
De carnes de mujer, claro donaire...
Todas las ondas que en efluvios vagos
áureos, róseos, etéreos, mueve el aire...

Diluido cristal de luz, alacres
Deseos, vibraciones, ansia, alientos,
Flavas victorias, vencimientos acres,
Los más extraños estremecimientos...

Flores negras del tedio y flores vagas
De tantálico amor, vano, sin bríos...
Honda bermejidad de viejas llagas
Que de sangre generan rojos ríos...

¡Todo! vivo, nervioso, ardiente y fuerte,
En los vórtices míticos del Sueño,
Pase, cantando ante el terrible ceño
Y el tropel agorero de la Muerte...

 

João Cruz e Sousa
Regresar al original    Trad. Ángel Crespo


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