Dibujo a la luz de la luna
El fresno estuvo todo el día echado al aire, 
dejando deshilarse las orlas de su orilla, 
como si no tuviera borde su ámbito mundano. 
       ----En mitad de la luz,  
             como un géiser que suelta su brisa al viento... 

Pero ahora, en esta densa luz azul,  
cierra sus rendijas y aprieta su contorno  
como una sombra sólida.  
Parece ----como todo---- más pequeño y más distante 
en la miniatura de mundo que dibuja la noche. 

Ya no vacila al aire en este mismo jardín  
que la claridad lunar saca del tiempo: 
se hinca en tierra, vertical, y se está quieto, 
como el árbol sustancial del arquetipo. 

Tú y yo volvemos a mirar, a la distancia, 
su limpia afirmación nocturna. 
Y no nos acercamos a palpar con manos ciegas 
lo que mañana mostrará a la luz del día 
----recovecos y ranuras que se hacen y deshacen 
al vuelo, como la borrosa lluvia----, 
porque acaso en su encogida soledad nocturna 
vemos que es árbol verdadero porque sabe 
quedarse quieto y posar para este instante 
en el que tú y yo también posamos. 
 

 
  (Rellano) 


 
 
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