Todos fuimos talla 29

Anhelábamos poner una boca más pequeña dentro de la
  nuestra
pronunciar las palabras mágicas
--muy buenas tardes bienvenido a mac donalds puedo
tomar su orden—
a nadie absolutamente a nadie le presumíamos nuestra
  felicidad
éramos capaces de tener veintinueve o treinta sueños
en el trayecto de la escuela a la casa.

Hoy los sueños son años.


 
     
 
 


 
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